miércoles, 26 de noviembre de 2014

EL ÁRBOL TRISTE


Era una mañana alegre de primavera. Los pájaros cantaban con los primeros rayos de sol. Decidí ir a pasear por el bosque De la Verona. Por el camino me encontré muchísimos árboles, con sus hojas verdes y brillantes. Pero en medio de todos ellos había uno que no tenía hojas. A partir de ese momento, decidí llamarle el árbol triste. Todos los días iba a ver a mi amigo, el árbol triste. Pasó el tiempo, me hice mayor y me fui a vivir a otro lugar. Cuando tuve veinte años años decidí volver a mi viejo pueblo y visitar el bosque. Todo había cambiado. Los árboles ya no eran todos verdes y brillantes, estaban sin hojas, excepto uno,… mi viejo amigo el árbol triste.
Desde ese momento su nombre fue… el árbol maravilloso.
 
Andrea Navarro Rodríguez
             Sexto curso
 

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