miércoles, 26 de noviembre de 2014

UN ÁRBOL ESPECIAL


Era una preciosa mañana de primavera, yo estaba jugando en el patio, como de costumbre. Después de haber jugado con la pelota me dirigí hacia mi mejor amigo, mi árbol del jardín. A él se lo contaba todo. Adoraba subirme a la copa y dormir acurrucada entre sus ramas. Un día enfermó y murió.

Aquella noche no podía dormir porque al día siguiente lo talarían. Estaba intentando no llorar, cuando, de repente mi árbol reunió la poca fuerza que tenía e hizo crecer una única rama que golpeó mi ventana. Excitada por ver aquello, me dí cuenta de que me ofrecía una semillita envuelta en sus hojas más tiernas. Cuando las abrí, había un mensaje en su interior junto con la semillita. Aquel mensaje decía: “Con todos mis recuerdos te lo envío.” Comprendí que seguía vivo en aquella semilla tán diminuta, y que allí estaban encerrados todos los recuerdos que habíamos tejido y vivido juntos.
   
Julia Costa Zamora

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